La topografía de la parcela marcada por su situación en ladera, y la orientación de la misma han ido indicando las pautas de la vivienda. Desde el propio planeamiento, se indica la idoneidad de abancalar las edificaciones de nueva construcción en esta bella ladera, acomodando los proyectos a los desniveles originados por los distintos viales. Hemos queridos ser fieles a la idea de fragmentación como eje coordinador de una decidida unidad. Unidad formal traducida en un conjunto de volúmenes blancos, expuestos a la luz de sur que inunda la ladera desde la mañana, en su salida por Sierra Nevada, a la noche perdiéndose en la ciudad al oeste.

La propuesta, se fragmenta en tres zonas principales. Un núcleo de comunicación e iluminación interior quedando a ambos lados del mismo el desarrollo del proyecto en dos alturas adaptadas a la ladera que lo sostiene.

Se persigue una percepción unitaria. Se han provocado situaciones híbridas entre las distintas zonas de manera que se desdibujan los límites entre áreas fundamentalmente a través del núcleo central limitado al oeste por los paneles de madera ciega del acceso, y abierto al este por el vidrio de la circulación vertical, sin ocultar en ningún momento su función de nexo por un lado y de ruptura por otro.